No pueden faltar en Semana Santa. Muy versionadas como postre, pues nacieron como receta de aprovechamiento. Hoy son un lujo que la tradición popular nos lega y al que no queremos renunciar, ni tenemos porqué hacerlo, ya que son fáciles de preparar y gustan a propios y extraños. Éste año he querido prepararlas con pan brioche, pues nos ofrece una textura cremosa parecida a la leche frita que las hace exquisitas. También las he troceado para degustarlas en pequeños y únicos bocados llenos de ternura y sabor. No he seguido el protocolo de elaboración encadenada de siempre, sino que he mezclado todos los ingredientes a la vez y remojado las rebanadas; una vez más ha quedado patente que el orden de los factores no altera el producto porque si están bien empapadas quedan jugosas y blanditas después de fritas. Dejo a vuestra elección espolvorearles azúcar o tomarlas con mermelada, o ambos.
Y hasta aquí mi sugerencia dulce de Pascua, si os animáis a hacerlas espero que las disfrutéis estos días festivos. Yo os veo a tod@s después de ellos.
-1 vaso de azúcar
-1/2 l de leche
-2 huevos grandes
-1 vaso de nata líquida
-Aceite de girasol
-Mermelada
Y hasta aquí mi sugerencia dulce de Pascua, si os animáis a hacerlas espero que las disfrutéis estos días festivos. Yo os veo a tod@s después de ellos.
Ingredientes:
-1 pan de molde de brioche ( no entero)-1 vaso de azúcar
-1/2 l de leche
-2 huevos grandes
-1 vaso de nata líquida
-Aceite de girasol
-Mermelada