viernes, 27 de febrero de 2015

Amarguillos

Mañana es 28 de Febrero, día de Andalucía y con ese motivo acostumbro hacer una comida típica de la Comunidad para celebrarlo. Como los dos últimos años me decidí por menú salado, en esta ocasión tocaba algo dulce. Me ha iluminado en esta tarea el libro "Despensa de recuerdos" donde el cocinero gaditano Miguel Ángel Herrera recupera el patrimonio gastronómico de la Sierra de Cádiz. Relata cómo generaciones de mujeres de saber innato y manos diestras elaboraban dulces típicos ligados a las fiestas del año: Navidad, Feria, Semana Santa,..., días de asueto donde la familia se reunía en la cocina para hacer pestiños, roscos, buñuelos o amarguillos. Estos amarguillos que hoy sirven a mi blog para transmitir la grandeza de la comida sencilla. Un legado de intensos sabores y olores, cargado de sabiduría popular. Y como diría este cocinero Algodonoleño: "debemos evitar que esta herencia se extinga en los fogones del olvido". Pues aquí está mi contribución para el recuerdo.



Ingredientes:

-500 g de almendra molida
-2 huevos
-100 g de azúcar
-Ralladura de un limón
-4 ó 5 cucharadas de zumo de limón
-Miel



Preparación:

Se baten los huevos hasta que aumenten su volumen. Añadimos el azúcar, la ralladura y el zumo de limón. Se mezcla todo muy bien e incorporamos a este preparado las almendras molidas, removiéndolo después hasta obtener una masa que podamos trabajar. Seguidamente se toman porciones de la masa, las redondeamos en forma de bola y se colocan en una bandeja de horno con papel vegetal. Las horneamos a 180 grados unos veinte o veinticinco minutos hasta que estén doradas. Se dejan enfriar y se les añade miel.


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martes, 24 de febrero de 2015

Soldaditos de Pavía

Si ya tenía su gracia imaginarse a las gambas paseando con la gabardina, con estos soldaditos desfilando con guerrera incluida, me parto y me troncho. Y es que esa es la historia que he encontrado ojeando en la wikipedia, parece que el nombre de pavías es debido a que su color recuerda al del uniforme de los húsares de los tercios españoles que combatieron en la "Batalla de Pavía" y la decoración con el pimiento rojo simula los galones de los soldados. Bueno, es una teoría, se puede compartir o no, pero para mí en estos momentos lo realmente importante es empezar la época del bacalao con buen pié y he pensado que sería una buena idea este aperitivo, entrante, segundo. Queda un pescado jugoso y sabroso dentro del rebozado, no creo que nadie le ponga pegas, una vez se prueba se quiere repetir. Así que id sacando una cervecita o un vino que la tapa la pongo yo.



Ingredientes:

-500 g de bacalao desalado
-1 limón
-1 huevo
-1 vaso de agua
-1/2 cucharada de levadura
-Harina
-Unas gotas de vinagre
-Aceite, sal y pimienta
-Pimiento morrón



Preparación:

Cortamos el bacalao en bastones y mezclamos en un cuenco con pimienta y el zumo de limón. Dejamos marinar en el frigo cubierto por un plástico unos 15 minutos. Para la masa del rebozado, batimos un huevo, añadimos el agua, la levadura y vamos añadiendo la harina poco a poco, mezclando bien hasta formar una masa sin grumos, más o menos como una bechamel ligera. Echamos un pellizco de sal, unas gotas de vinagre y dejamos reposar. Sacamos los bastones de bacalao de la marinada y los secamos, rebozamos en la masa que hemos hecho y freímos en aceite de oliva. Apartamos sobre papel de cocina para que escurran y acompañamos con tiras de pimiento asado.


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viernes, 20 de febrero de 2015

Sopa de verduras con tiburones

Lo mejor de esta sopa es poder utilizar las verduras que nos apetezcan; en muy poco tiempo la tendremos hecha y es un primer plato que va con todo. Suele gustar a propios y extraños y ahora en la época de frío es una gozada tomarla. Me gusta completarla con pasta gruesa, he utilizado tiburones que siempre tengo a mano, pues los hago en más de una receta. Tampoco le quedan mal trocitos de pan frito, ya sabéis, dejad trabajad la imaginación. Yo creo que dentro del menú de invierno es de las más importantes y no nos debe faltar, pues un tazón de esta sopa para cenar, por ejemplo, es de lo más reconfortante que hay. Os dejo mi propuesta para afrontar el temporal que tenemos encima de la forma más rica.


Ingredientes:

-1 cebolleta
-1 puerro
-1 nabo
-1 zanahoria
-1 rama de apio
-2 rodajas de calabaza
-2 ramitos de coliflor
-1 tomate
-100 g de pasta tiburón
-1 l de caldo de verduras
-1 huevo
-Aceite y sal



Preparación:

Lo primero y más entretenido es lavar y trocear las verduras. Picamos la cebolleta y el puerro menudos y los vamos rehogando en un poco de aceite. Añadimos las demás verduras, menos el tomate, cortadas a dados pequeños. Damos unas vueltas y agregamos el tomate rallado y sal. Cuando esté todo bien rehogado vertemos el caldo, llevamos a ebullición y bajamos el fuego, cocinamos 8 ó 10 minutos. Añadimos la pasta y dejamos hervir el tiempo recomendado por el fabricante. Retiramos del fuego y echamos el huevo batido, mezclamos bien en el caldo y tapamos. Ya está dispuesta para tomar.


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martes, 17 de febrero de 2015

Bastoncitos aromáticos de calabacín

No me fue difícil decidirme por una receta del blog de Pilar para su concurso. En cuanto vi estos bastones de calabacín sabía que me iban a gustar. Los hice en un momento y aunque es cierto que recién hechos están más ricos, yo estuve picando trozos mientras hubo. Los he incluido en el apartado de acompañamientos porque van bien como guarnición de muchos platos, pero solos tampoco tienen desperdicio. Quedan blanditos y acuosos por las propiedades de esta verdura, por eso podemos abusar de ellos cuanto queramos, ya que apenas contienen calorías. Yo me pasé un poco con el queso y con el calor se derritió, pero así quemadito también está muy bueno. Los recomiendo para compensar los excesos de San Valentín y porque son muy gustosos.
Con esta receta participo en el concurso del primer aniversario del blog Les receptes que m'agraden patrocinado por Castey.



Ingredientes:

-3 calabacines
-125 g de queso parmesano
-1 cucharada de tomillo seco
-1 cucharada de orégano
-1 cucharada de albahaca
-1/2 cucharada de sal de ajo
-Sal y pimienta negra
-2 cucharadas de aceite de oliva



Preparación:

En la receta original los calabacines no se pelan, pero yo sí lo hice porque no me gusta la piel, después los corté en bastones y reservé. Rallé el queso y lo mezclé con las especias. Con el aceite se embadurnan bien los trozos de calabacín y se rebozan en la mezcla preparada. Se colocan en una fuente de horno a la que le puse un papel vegetal. Se introducen en el horno precalentado a 200 grados unos 15 minutos, se gratinan 3 minutos más para que adquieran un tono más tostado y listo.



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viernes, 13 de febrero de 2015

Tarta de crema y frutas para San Valentín

He sucumbido a las artes zalameras de San Valentín. Todos los años digo que no celebraré nada en su nombre y siempre me gana la partida. Cuando se va acercando el día pienso que tampoco está tan mal celebrar una jornada en la que el amor y la amistad brillen con luz propia. Eso sí, he montado la tarta con sus fresas correspondientes, pero me niego en redondo a llenarlo todo de corazoncitos rojos, ñoñerias pasadas y empalagosos mensajes. Será porque voy teniendo una edad que ya no me cautivan esas chorraditas. Y como para degustar una rica tarta siempre es buen momento sin necesidad de tanto prolegómeno, pues venga, celebremos San Valentín con ella.


Ingredientes:

Para la base:
-200 g de harina
-100 g de mantequilla
-1 huevo
-1 pizca de sal
-1 cucharadita de levadura Royal
Para el relleno:
-500 ml de leche
-100 g de azúcar
-1 cucharada de vainilla líquida
-40 g de maizena
-4 huevos
-1 pizca de sal
Para decorar:
-Fresas, mandarinas y kiwi



Preparación:

Preparamos la base mezclando en un cuenco todos los ingredientes. Con ellos cubrimos el fondo y un poco la pared de un molde, yo utilicé uno desmontable.  Lo metemos en el frigorífico mientras preparamos el relleno. Ponemos en un cazo los huevos batidos y demás ingredientes. Calentamos a fuego suave sin parar de remover con una varilla hasta que la mezcla espese. Retiramos entonces del fuego, tapamos con un papel film cuidando que toque la crema para que no se haga costra y dejamos enfriar. Sacamos la base de la nevera, la cubrimos con la crema y metemos a horno precalentado a 180 grados, solo la parte de abajo, unos 40 minutos. Troceamos la fruta elegida y cuando saquemos la tarta del horno, después de que enfríe, la colocamos a nuestro gusto. Yo no le he puesto brillo porque me gusta natural, pero la podéis pintar con almíbar, hecho con un poco de agua y azúcar, calentado en un cazo.


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martes, 10 de febrero de 2015

Gambones con gabardina

No sé a quién se le ocurriría bautizar el aperitivo con tan impermeable nombre, pero no deja de tener su gracia si te los imaginas en plan detective, cuan teniente Colombo. Perdonad mi fantasía, los signos de agua somos algo novelescos y a veces se me va la olla. Bueno, volviendo a la realidad, os diré que compré gambones porque las gambas que había eran muy pequeñas y así hay que trabajar menos, al cocinarlos y al comerlos. En poco tiempo tenemos un entrante muy bueno. Recién hecho está estupendo, aunque nosotros lo comimos frío, ya os imaginaréis porqué. No hay bar de tapas que se precie que no tenga unas buenas gambas con gabardina, pero como en el día a día es difícil compaginar la vida laboral con la social, yo os dejo la idea para que os deis un gustazo en casa cuando os apetezca, igual que hemos hecho nosotros.



Ingredientes:

-12 gambones congelados (de Mercadona)
-50 g de harina
-1 pellizco de sal
-1/2 cucharadita de levadura
-Colorante alimentario (opcional)
-Cerveza
-Aceite



Preparación:

Quitamos la cabeza a los gambones y los pelamos dejándoles el último trocito de caparazón y la cola para poder cogerlos. Hacemos una masa poniendo en un cuenco la harina, sal, levadura y un poquito de colorante si queremos que tenga color. Ahora vamos añadiendo la cerveza a chorritos al tiempo que vamos removiendo con una varilla, mezclando hasta conseguir el espesor de una bechamel más o menos. Se secan los gambones, se cogen por la colita y se bañan en la masa. Se fríen en abundante aceite caliente, se sacan y se ponen sobre un colador o papel absorvente. Se comen enseguida, están mejor recién hechos.


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viernes, 6 de febrero de 2015

Tortilla de brócoli y otras cosas

Del brócoli me gusta hasta el aspecto, pero como en casa no todo el mundo es de la misma opinión procuro maquillarlo todo lo que puedo para que no se priven de una verdura con múltiples propiedades. Para ello nada mejor que una tortilla que puede ser todo lo variada que la imaginación nos alcance y apetitosa como la que más. En esta receta las avellanas, además de aportar un sabor muy bueno, tienen la función de rellenar los huecos del brócoli, así conseguimos que quede compacta y bien cocinada en su interior. La soja le da ese puntito dulce que apenas se nota, pero que no le debe faltar. Y los huevos son como el pegamento que lo une todo para que en un solo bocado queden reunidos todos los ingredientes y sabores. Para mí una tortilla nos ofrece en una sencilla receta, la solidez de las grandes obras. Nuestras abuelas las hacían al amor de la lumbre y los más grandes cocineros en sus modernas placas. Pero ahí siguen, vivitas y coleando.

P.D.: En el lateral derecho os dejo la entrevista que Gastroradio me ha hecho en el programa blogueros encadenados, por si os apetece escucharla.



Ingredientes:

-300 g de brócoli
-2 cebolletas
-2 dientes de ajo
-50 g de avellanas
-2 cucharadas de salsa de soja
-5 huevos
-Aceite y sal



Preparación:

Limpiamos y cortamos el brócoli. Ponemos en un recipiente para microondas los ramilletes y tapamos con film, metemos al microondas ocho minutos a potencia máxima. Pelamos y picamos los ajos y las cebolletas, los freímos en una sartén con un poco de aceite y añadimos la salsa de soja. Pelamos y picamos las avellanas lo fino que las queramos, yo casi las hice harina. Ponemos en un cuenco los huevos y batimos. Añadimos el brócoli, la cebolla, el ajo, y las avellanas, mezclamos todo bien y hacemos la tortilla.


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martes, 3 de febrero de 2015

Rollitos de pollo rellenos de salchichas

Cuando Alicia publicó sus niños envueltos, el nombre me dio repelús, pero la receta me encantó. Tanto es así que muy pronto me puse con ella. Siempre hago una adaptación personal de cada una, pero en este caso solo he cambiado la carne de ternera que ella utilizó por la de pollo. La salsita se come sola de lo rica que está y utilizándola para mojar los rollitos no tiene rival. Alicia me comentó hace poco que teníamos gustos parecidos en las comidas, y es que yo creo que nos han educado el paladar de la misma forma. Nuestras madres cocinaban de maravilla con lo que había en casa, o en el huerto, o en el corral, o con lo que llevaba el pescadero. Y que bien nos lo han transmitido porque nuestros menús sencillos también son de cinco estrellas, por lo menos. Hoy quiero agradecer lo aprendido, así como lo que a diario me enseñáis todos vosotros, mis queridos bloguer@s. Tengo el día emotivo.



Ingredientes:

-8 filetes de pollo (yo utilicé pechuga)
-8 salchichas de pollo
-1 cebolla
-1 hoja de laurel
-1 cucharada de harina
-1 vaso de vino blanco
-1 pastilla de caldo concentrado
-1 1/2 vaso de agua
-Aceite y sal



Preparación:

En primer lugar sellamos las salchichas en un poco de aceite. Los filetes de pollo nos los habrán cortado finos. Los extendemos, les ponemos un poco de sal, colocamos una salchicha encima procurando que sea del tamaño que no sobresalga por los lados y enrollamos. Yo los sujeté con hilo, pero también se pueden poner palillos. En el mismo aceite de freír las salchichas sellamos también los rollitos. Reservamos. Si nos queda la sartén muy limpia le ponemos un chorrito de aceite porque ahí sofreiremos la cebolla cortada menuda con la hoja de laurel. Cuando esté pochada añadimos la cucharada de harina, rehogamos y vertemos el vino blanco. Después de unos minutos que habrá evaporado el alcohol añadimos la pastilla de caldo y el agua. Cuando hierva colocamos dentro los rollitos para se hagan, si queda una parte fuera les vamos dando la vuelta para que se hagan por igual. El tiempo depende del grosor de la carne, unos veinte minutos. Rectificar el punto de sal y ¡listo!


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