Una de las ensaladas que nunca ha faltado en casa a la llegada del verano, ha sido la de pimientos asados. Yo la sigo haciendo igual que mi madre y mi abuela, o sea, que es otro legado gastronómico. Con apenas ingredientes y aliño se consigue una preparación con el sabor pleno del pimiento de temporada y el gustoso aceite de oliva. Nuestros antepasados se las sabían todas porque vivirían en tiempos de escasez, pero se las ingeniaban para alimentarse con fundamento. Pues lo que son las cosas, hemos vuelto a tiempos de austeridad y estas recetas sencillas y económicas resuelven bastante un menú. Yo recuerdo comerlos con un queso fresco de leche de cabra que hacía mi abuela buenísimo, pero sobre una tostada de pan tampoco tienen desperdicio. Y si sobran, no pasa nada, dentro de un guiso engrandece su sabor. Así que hoy lo tengo claro: pimientos asaos.
-1 tomate
-1/2 cebolla
-1 diente de ajo
-1 buen chorro de aceite
-Sal y un pellizco de cominos
Lavamos los pimientos y el tomate y los colocamos sobre papel vegetal en una fuente de horno. Los asamos a 190 grados dándoles la vuelta dos o tres veces para que se asen por igual. Cuando los veamos hechos, los sacamos y metemos en una bolsa hasta que estén tibios; en ese momento los podremos pelar sin dificultad. Los vamos poniendo en tiras en una fuente. Picamos el tomate y lo añadimos. Hacemos lo mismo con la cebolla cruda y el ajo. Aliñamos con sal, aceite y el pellizco de comino. Y ya están listos para degustar.
Ingredientes:
-4 pimientos verdes de asar-1 tomate
-1/2 cebolla
-1 diente de ajo
-1 buen chorro de aceite
-Sal y un pellizco de cominos