martes, 29 de abril de 2014

Magdalenas de espinacas

Pues aquí sigo en mi cruzada para aumentar el recetario en el apartado de acompañamientos o guarnición. Hoy traigo estos bizcochitos salados de espinacas y queso que se complementan muy bien con carnes o pescados. Si los ponéis en el transcurso de una barbacoa os aseguro que se acabarán sin apenas daros cuenta, hasta pueden sustituir al pan. También es una forma estupenda de comer espinacas, verdura poco grata en la dieta de algun@s. Es una preparación de gusto suave y textura tierna, lo que la hace idónea para unirse a distintos alimentos, potenciando su sabor. Si además las servimos con una copa de vino o una cerveza fresquita, tenemos el éxito asegurado.



Ingredientes:

-250 g de brotes de espinaca
-300 g de harina
-1 sobre de levadura Royal
-500 ml de leche
-75 g de queso rallado ( le puse cuatro quesos)
-1 huevo
-150 ml de aceite de oliva suave
-Sal


















Preparación:

Salteamos las espinacas en una sartén con un poco de aceite y dejamos enfriar. Mezclamos con la harina tamizada, la levadura y el queso rallado. Añadimos el aceite, el huevo, la leche y un poco de sal. Mezclamos todo y llenamos las cápsulas de hornear hasta un poco más de la mitad. Llevamos al horno precalentado a 170 grados y cocinamos unos 25 minutos. Pinchamos con un palito de brocheta para cerciorarnos de que sale limpio y ya están hechas, pues el tiempo también depende del tamaño de los moldes. Sacamos, dejamos enfriar y listos para consumir.


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viernes, 25 de abril de 2014

Albóndigas de patata

A menudo me dejo llevar por la ley del mínimo esfuerzo cuando se trata de preparar la guarnición. Me he propuesto dedicarle algo más de tiempo, al menos en las próximas entradas, para aumentar esa parte del recetario que tengo algo olvidada. Como todavía me queda influencia cuaresmal, he preparado estas albóndigas, que muy bien pueden servir también como aperitivo, pero que he utilizado como acompañamiento de carnes o pescados. He adaptado los ingredientes de esta preparación a nuestro gusto, así la cebolla se la he puesto rehogada y he añadido piñones. La patata como alimento fundamental indiscutible, nos da un juego enorme en infinidad de recetas, cunde como ningún otro y aunque casi siempre aparece como segundona, lo cierto es que no podemos vivir sin ella. Si buscabais una alternativa a las clásicas patatas fritas o cocidas, ésta es una opción estupenda.



Ingredientes:

-3 patatas medianas
-1 cebolla grande
-1 huevo
-1 puñado de piñones
-Perejil
-Aceite, sal y pimienta
-2 huevos y 2 cucharadas de harina para rebozar



Preparación:

Cocemos las patatas con piel en abundante agua, yo las pelé y corté en trozos grandes por motivos de tiempo. Mientras, se fríe la cebolla cortada muy menuda. También los piñones. Cuando las patatas están tiernas, las pinchamos para cerciorarnos, las sacamos del agua de cocción, las ponemos en un cuenco y las aplastamos con un tenedor. Añadimos los piñones, la cebolla escurrida del aceite si lo tuviera, el huevo entero, sal, pimienta y perejil picado. Mezclamos todos los ingredientes bien, dejamos enfriar si fuera preciso un rato en la nevera y después vamos cogiendo porciones no muy grandes y hacemos bolitas. En un plato o cuenco batimos los huevos con la harina hasta formar una masa ni demasiado blanda, ni demasiado espesa. Pasamos las bolas de patata por ella impregnándolas bien y freímos en abundante aceite. Sacamos a un papel absorvente y ya están listas para utilizarlas en guarnición o cocinadas unos minutos dentro de algún guiso.


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martes, 22 de abril de 2014

Solomillo de cerdo agridulce

Superado el tiempo de vigilia, vamos a darle otra oportunidad a la carne. Pocas cosas hay más oportunas que un solomillo. Ya sea sobre una plancha o acompañado de una salsa, siempre queda perfecto; en la cocina es una pieza selecta y es normal encontrarlo en todo tipo de celebraciones. He pensado que  muy bien podríamos agasajarnos hoy con uno. ¿Por qué? Pues porque es martes y un día bonito de primavera. Si nos esmeramos al poner la mesa, nos sentamos en buena compañía con ésta comida tan rica, convertimos el día en especial y nos alegramos toda la semana. Ojalá todas las cosas buenas de la vida fueran tan sencillas de conseguir.


Ingredientes.

-2 solomillos de cerdo
-3 cucharadas de miel
-1 limón
-1 vaso de caldo de carne
- 1 cucharada de azúcar
-1/2 cucharadita de matalauva
-1 cucharada de ajonjolí
-Aceite, vinagre, sal y pimienta



Preparación:

Limpiamos los solomillos de grasa y telillas. Los cortamos en medallones y marcamos en un poco de aceite. Reservamos. En esa misma sartén agregamos una cucharada de azúcar, un buen chorro de vinagre, tres cucharadas de miel, la ralladura del limón, 1/2 cucharadita de matalauva y el vaso de caldo. Dejamos hervir hasta que vaya reduciendo y espesando. Introducimos los medallones de solomillo en la salsa dejando que se terminen de cocinar. Finalmente espolvoreamos con un poquito de ajonjolí (sésamo)


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martes, 15 de abril de 2014

Bizcocho de yogur con melocotón

Siempre hay que tener recetas básicas a mano que nos ayuden a saborear la comida de siempre. Ejemplo: éste bizcocho de yogur con fruta. El melocotón en almíbar es perfectamente sustituible por manzana, plátano, pera,... o frutos secos, a gusto del comensal. Lo cociné hace unos días para degustarlo en un desayuno con otros padres, que como nosotros, íbamos a animar el partido de balonmano de nuestros hijos. Ni que decir tiene la energía que nos proporcionó. Tanto coreamos y con tal fuerza, que ganaron. No voy a decir que fuera gracias al bizcocho, pero que su parte de importancia tuvo, sí. De ahora en adelante cada vez que vayamos a una competición, hago uno, aunque sea con distinto relleno porque está claro que nos da suerte.


Con esta receta me despido de vosotr@s hasta después de Semana Santa. Os deseo unos felices días de descanso.



Ingredientes:

-300 g de harina
-12 g de levadura en polvo
-200 g de azúcar
-1 yogur natural
-3 huevos
-La ralladura de un limón
-4 mitades de melocotón en almíbar
-4 cucharadas de aceite de oliva
-Mantequilla
-Azúcar glas



Preparación:

Mezclamos en un cuenco la harina, la levadura y el azúcar. Añadimos el yogur y los huevos batidos, y mezclamos hasta incorporarlos. Agregamos el melocotón que habremos escurrido y cortado en trocitos y la ralladura del limón. Removemos todo, vertemos cuatro cucharadas de aceite y seguimos removiendo hasta obtener una masa lisa. Untamos un molde con mantequilla y vertemos la mezcla anterior. Introducimos en el horno precalentado a 180 grados, unos 30 minutos. Comprobar con un palito de brocheta si está cocido. Retiramos el bizcocho a una rejilla, desmoldamos y servimos espolvoreado con azúcar glas.


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viernes, 11 de abril de 2014

Sopa de ajo con bacalao

De mi abuela aprendí esta sopa de ajo que ella hacía con frecuencia porque le encantaba. En tiempo de cuaresma le añadía bacalao, que todavía no se muy bien por qué en esos días se lo ponía y el resto del año no, supongo que seria por costumbre. Como muchas otras recetas que me transmitió, sencillas, con productos de su huerto, ésta también me gusta mucho y tampoco yo sé muy bien por qué la hago solo en esta fecha. Lo cierto es que es una alternativa fantástica al potaje de vigilia, para no repertirnos en menús y variar, ya que hay bastantes días en este periodo para poder hacer de todo y esta fiesta posee un verdadero tesoro gastronómico.


Aunque la tradición exigía un tiempo de ayuno, especialmente carne, los cristianos supieron encontrar el antídoto perfecto para cumplir con la iglesia y disfrutar de la comida. Con la recolección de unos pocos vegetales, pescado en salazón y sobras de alimentos, crearon un recetario de lo más rico y completo, que sigue vigente en la actualidad. Y es que no hay nada como el hambre para agudizar el ingenio.

Feliz viernes de Dolores y a mis tocayas especialmente. Hoy comienza la Semana Santa.


Ingredientes:

-250 g de bacalao desalado
-1/2 cabeza de ajos
-1/2 barra de pan
-1 cucharada de pimentón
-1 l de caldo ( yo le puse de pollo)
-2 huevos
-Aceite y una pizca de sal


Preparación:

Cortamos el pan en rebanadas gorditas, las ponemos en una bandeja de horno y tostamos a 200 grados, durante unos diez minutos, cuando lo veamos dorado. Reservamos. Pelamos los ajos y los fileteamos. En un fondo de aceite los freímos, añadimos el bacalao desmigado y lo cocinamos hasta que pierda el líquido que suelta. Agregamos ahora la cucharada de pimentón, rehogamos unos segundos e introducimos el pan junto con el caldo. Ponemos un poquito de sal, no mucha porque el bacalao aunque sea desalado aumenta el sabor salado, hervimos unos diez minutos para que se integren bien los sabores. Rompemos encima del guiso los huevos, tapamos y a fuego flojo, los dejamos cuajar. Podemos decorar con perejil picado si nos gusta.  Ya está nuestra sopa.


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martes, 8 de abril de 2014

Torrijas al horno

Pero, ¿cómo no iba a preparar unas torrijas a las puertas de Semana Santa?. Eso sí, he visto que otros blogs las han presentado al horno y como la elaboración es la misma, la única diferencia es que no se fríen, me he decidido a hacerlas por éste procedimiento consiguiendo así que sean un poco más ligeras. También la preparación es más limpia al evitarnos la fritura. Yo las he espolvoreado de azúcar y canela, pero a quien le apetezcan más con miel, lo único que hay que hacer es calentarla con un chorrito de agua y emborracharlas con ella. En un momento tendremos un postre tradicional, que también es de aprovechamiento del pan duro que nos sobra y que podemos utilizar además en meriendas y desayunos. Y eso sin nombrar lo económicas que son, que en los tiempos que corren tiene su importancia. Así pues, que no falten unas torrijas en nuestra mesa, al menos en Semana Santa.


Ingredientes:

-1 barra de pan del día anterior
-1 l de leche
-6 cucharadas de azúcar
-La peladura de 1/2 naranja
-1 palo de canela
-2 huevos
-Azúcar y canela para espolvorear

















Preparación:

En un cazo amplio ponemos la leche con el azúcar, la monda de naranja y el palo de canela. Calentamos y cuando empiece a hervir apagamos el fuego y tapamos dejando infusionar unos diez o quince minutos. Mientras, troceamos el pan en rodajas gruesas como de dos dedos, yo lo he hecho de forma oblicua. Cuando la leche esté lista introducimos el pan en ella, las tendremos cubiertas hasta que dejen de subir a la superficie las burbujitas que se forman. Cuando el pan esté bien empapado, con ayuda de un tenedor o paleta con agujeros lo sacamos de la leche y dejamos chorrear el líquido sobrante, las pasamos por huevo batido y vamos colocando las rebanadas en una fuente de horno que habremos cubierto de papel sulfurizado. Cuando las tengamos todas las metemos al horno precalentado a 190 grados unos diez o quince minutos, comprobaremos que están doradas. Las sacamos, dejamos entibiar y con un colador les espolvoreamos el azúcar y la canela mezcladas.


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viernes, 4 de abril de 2014

Empanadillas de bacalao y pasas y premio

Y para el finde.... aperitivo de cuaresma. Lo llamo así por la época y por el relleno de bacalao, pero por supuesto se pueden tomar en cualquier otro momento del año. Se las vi hacer a Karlos Arguiñano hace algún tiempo y les ha llegado la ocasión. Lo de hacer recetas en consonancia con la celebración de las distintas fiestas, hace que la dieta sea variada, que utilicemos productos de temporada y cocinemos platos con tradición. Las comidas que perduran en el tiempo suelen ser buenas, por eso no caen en el olvido. Igual ocurre con algunos alimentos. Quién les iba a decir a los romanos que el bacalao que pasaban por procesos de salado para su conservación, llegaría al siglo XXI utilizando la misma técnica. En la actualidad es el producto estrella de la Semana Santa, gracias también a su gran versatilidad en la cocina, estando presente en numerosas recetas. Pues he aquí la mía, sencilla como todas, rápida de hacer y con ese punto salado-dulce que tanto me gusta. Hoy es mi recomendación.



Ingredientes:

-20 obleas (yo use La Cocinera)
-250 g de bacalao desalado
-1 cebolla
-1 pimiento verde
-1 diente de ajo
-2 cucharadas de pasas
-1 huevo
-1 cucharada de pimentón dulce
-Aceite y sal



















Preparación:

Ponemos a remojo las pasas en agua tibia para que se hidraten. Picamos el diente de ajo, la cebolla y el pimiento muy menudos. Ponemos a rehogar en un fondo de aceite de oliva por ese orden. Sazonamos un poquito, sin pasarnos porque el bacalao aunque sea desalado potencia el sabor salado. Cocinamos hasta que esté bien pochado. Añadimos el bacalao picado y cocinamos a fuego vivo dos o tres minutos, hasta que pierda el líquido que suelta. Incorporamos las pasas,  la cucharada de pimentón y mezclamos todo bien. Colamos para quitar el exceso de grasa, si la tuviera y dejamos que temple. Extendemos las obleas de empanadilla sobre una superficie lisa, pintamos el borde con huevo batido y ponemos el relleno en el centro. Cerramos las empanadillas y sellamos con ayuda de un tenedor. Las colocamos en una bandeja forrada con papel de horno y pintamos con huevo batido. Horneamos a 200 grados unos quince o veinte minutos. No perdamos de vista las empanadillas porque se hacen enseguida y cada horno es distinto. Cuando las veamos doradas las sacamos y ¡ya están!


Quiero agradecer a Elena del blog  El toque de Elena el premio Conóceme y el Liebster Award, que le agradezco por el cariño que ha puesto a la hora de repartirlo entre blogs pequeños para darlos a conocer y propiciar las buenas relaciones entre ellos. Aconsejo que paséis por el suyo y conozcáis su cocina variada y práctica que nos va a enriquecer un poco más en éste mundo gastronómico en el que estamos inmers@s.

                                                                                                                                       
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martes, 1 de abril de 2014

Rosquillas de anís

Tenía ganas de hacerme con la receta de estas rosquillas de anís y cuando las vi el viernes en el blog de Chela, no me lo pensé dos veces y me puse a hacerlas. Son bastante fáciles y se elaboran rápido, lo que ocurre es que me falta práctica para darles forma y me quedaron un poco feuchas, pero lo importante es que estaban muy ricas. Aproveché unas pocas también para llevárselas de regalo a mi amiga Nuria, que anda con un brazo lesionado; lo de bajar las escaleras estilo Superman aún no lo tiene muy conseguido y la aventura terminó mal. Pero con las rosquillas, un café y un poco de buen humor, el ánimo se viene arriba y todo se cura antes. Siempre digo que la comida además de alimentar, sirve para muchas otras cosas, es la excusa perfecta para reunirse con las personas y hablar, y si con este sencillo hecho conseguimos quitar hierro a situaciones incómodas, habrá merecido la pena meterse en la cocina y trabajar un rato.


Ingredientes:

-2 huevos
-170 g de azúcar
-1 cucharadita de café de levadura
-1 cucharadita de anís en grano
-Ralladura de medio limón
-1 cucharada sopera de miel
-40 g de aceite de oliva
-300 g de harina
-1 clavo

















Preparación:

Freír el aceite con el anís y el clavo, lo dejamos enfriar y lo colamos. Encendemos el horno a 180 grados y hacemos la masa mezclando todos los ingredientes. Queda una masa pegajosa. Nos mojamos las manos en aceite y vamos haciendo los roscos, colocándolos en una fuente de horno con papel sulfurizado. Éste paso fue el que me costó trabajo porque la masa se me resbalaba, así que lo que hice fue coger una porción de la misma, ponerla encima del papel vegetal e introducir el dedo en medio e ir haciendo círculos hasta formar el rosco. Cuando hayamos terminado con la masa, metemos las rosquillas en el horno unos quince minutos. Yo las saqué un poco antes porque estaban cogiendo mucho color. Ya sabéis, cada horno es un mundo y nadie como cada un@ para conocer el suyo. Las sacamos cuando estén y dejamos enfriar. Listo.


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