jueves, 31 de octubre de 2013

Bizcocho de otoño

En "Tosantos", los puestos del mercado se llenan de frutos secos y frutas de otoño, huele a castañas asadas y buñuelos por doquier, la calle se viste de gente y hay un brillo especial entre la luz tenue.
Pero no quiero olvidarme de la celebración de los Santos Difuntos. Tod@s tenemos seres queridos que ya no están con nosotr@s y aunque siempre sigan en nuestra memoria, mañana 1 de noviembre, es su día; el día en el que les llevamos flores, encendemos una vela y están presentes en nuestra vida de una forma especial. No quiero decir con esto que deba ser una jornada triste, al contrario, visitamos los cementerios para rendir culto a nuestros muertos, los limpiamos y adornamos y hacemos de ellos el centro de la vida social en este día. Solo espero que no caiga en el olvido esta inmemorial tradición. Y aunque mis hijos van a salir a festejar halloween, yo encenderé una vela para honrar y recordar a los que ya no están conmigo.



Ingredientes:

(He utilizado como medida un vaso de 200 ml no lleno del todo.)
-3 huevos
-1 vaso de nata líquida
-2 vasos de azúcar moreno
-3 vasos de harina, mejor si es integral fina
-1 vaso de castañas cocidas, trituradas
-Ralladura de un limón
-1 sobre de levadura
-1 puñado de pasas


















Preparación:

En primer lugar cocemos las castañas en abundante agua durante unos 20 minutos, las pelamos y trituramos. En un cuenco batimos la nata con el azúcar, y se van añadiendo los huevos de uno en uno. A continuación se incorpora la ralladura de limón y sin dejar de batir se agregan las castañas. Yo lo hice con batidora eléctrica de varillas. Aparte se tamiza la harina con la levadura y se incorpora a la masa sin batir, solo mezclando con la espátula. Por último se agregan las pasas y se deja reposar unos minutos. Mientras tanto, se engrasa un molde para bizcocho y se precalienta el horno a 190 grados. Se hará en unos 35 minutos, estará listo cuando al pincharlo la aguja salga limpia.


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martes, 29 de octubre de 2013

Crema de calabaza

Estos días en que por aquí nos preparamos para celebrar Tosantos y el resto del mundo Halloween, estoy aprovechándome más que nunca de doña calabaza. Hasta yo, que la utilizo mucho, me estoy asombrando del juego que da en la cocina, las muchas preparaciones que podemos hacer sin aburrirnos en absoluto de ella. Yo creo que una de la que no podemos prescindir en otoño es la crema de verduras. Tan calentita, rica, estupenda para comer o cenar y donde doña calabaza brilla con luz propia, ya que le da cremosidad, color y sabor. Si lo que buscamos es alimentarnos de forma sana, sin complicarnos mucho en elaboraciones y sin perder de vista la economía diaria, ésta es una perfecta opción. Disfrutaremos de una buena comida, al tiempo que cuidamos nuestro organismo. A veces no se necesita mucho para sentirnos bien y muestra de ello es esta sencilla preparación.


Ingredientes:

-500 g de calabaza limpia
-2 zanahorias
-1 patata grande
-1 cebolla
-2 quesitos
-2 rebanadas de pan de molde
-Aceite, agua y sal

















Preparación:

Limpiamos y troceamos la calabaza, también las zanahorias, patata y cebolla. En un fondo de aceite rehogamos la cebolla, añadimos las otras verduras y removemos unos minutos. Vertemos agua hasta cubrir, ponemos sal y llevamos a ebullición, bajamos el fuego y dejamos cocer una media hora, hasta que estén tiernas las verduras. Trituramos entonces todo el conjunto junto con los quesitos, el espesor de la crema dependerá de la cantidad de agua que le dejéis, a mayor cantidad más líquida quedará. Troceamos el pan a cuadraditos y lo freímos para acompañar si se desea a la crema.


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viernes, 25 de octubre de 2013

Cordero a la moruna

Sigo empeñada en conocer los entresijos de la cocina marroquí. Voy aprendiendo los deliciosos secretos que encierran sus platos: ingredientes, combinaciones, mezclas de sabores,...todo es nuevo y a la vez habitual también en nuestra gastronomía. He elegido el cordero para la receta de hoy, por ser una carne muy apreciada entre su población y en concreto ésta preparación, muy extendida. De elaboración lenta, a fuego bajo, nos regala su aroma y su sabor especiado y dulzón. Y todo se mezcla en una armonía perfecta en la cazuela, como si sus alimentos estuvieran destinados a convivir juntos. El resultado es una comida sabrosa, saciante, que invita a saborear, a un degustar pausado. Como todas las cosas buenas de la vida, hay que hacerlas sin prisa para  disfrutar así de ellas.


Ingredientes:

-500 g de paletilla de cordero, limpia  de huesos y grasa
-1 cebolla grande
-2 huevos
-50 g de almendras
-50 g de pasas
-50 g de piñones
-2 cucharadas rasas de especias (le he puesto de pinchitos de Hacendado)
-Aceite y sal
















Preparación:
Ponemos los huevos a cocer en agua con un poquito de sal 10 minutos. Picamos la cebolla menuda y la rehogamos en un fondo de aceite. Añadimos el cordero troceado y limpio de grasa y telillas. Ponemos a fuego lento porque lo cocinaremos alrededor de una hora, moviendo de vez en cuando. Espolvoreamos las dos cucharadas de especias morunas, rehogamos. En otra sartén con tres cucharadas de aceite freímos las almendras, piñones y pasas, o bien, los frutos secos que más nos gusten. Agregamos a la carne ya hecha y mezclamos el conjunto. Acompañamos con los huevos cocidos partidos o picados.


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martes, 22 de octubre de 2013

Carne de membrillo

A nadie le quedaba la carne de membrillo como a mi abuela. Tenía ese punto especial que solo ella sabía darle. Y cuando le preguntábamos cuál era su secreto, nos decía con una media sonrisa pícara:" tener la muñeca engrasada". Pues bueno, por muñeca que no  quede, he seguido la tradición al pie de la letra, por dos razones fundamentales, la primera  porque me gusta recordar así a mi abuela y la segunda para llevarla al Concurso de Recetas típicas de la cocina de Lila. Si hay un producto otoñal por excelencia, ese el el membrillo y por extensión la carne o dulce de membrillo.


El membrillo es un fruto duro y áspero, lo que imposibilita su consumo cuando está crudo, pero si lo cocemos y le añadimos igual cantidad de azúcar, obtenemos un dulce muy rico que se puede degustar solo o acompañado de distintas preparaciones. Tiene cantidad de propiedades y beneficios, por lo que su uso es ancestral en la cocina, lo que me lleva a pensar que lo bueno, perdura en el tiempo, y eso es de sabios.



Ingredientes:

-1 kg de membrillos (limpios de semillas y centro duro)
-800 g de azúcar
-Agua



Preparación:

Lavamos y secamos muy bien los membrillos, pero sin pelarlos. Los cortamos en trocitos, quitándoles el centro duro y las pepitas. Los pesamos.  Los ponemos en una olla y cubrimos con agua . Los cocemos a fuego bajo unos 45 minutos hasta que estén blandos. Se sacan del agua y se pasan por el pasapurés, se les agrega el azúcar, normalmente es la misma cantidad que el peso de los membrillos pero yo les puse un poco menos porque al cocer también reducen un poco. Los llevamos de nuevo al fuego medio-bajo una 1/2 hora removiendo con una cuchara de madera. A continuación yo lo puse la crema en una fuente alargada a esperar que enfriara. Esta preparación no queda dura, sino un poco cremosa, para comer con cuchara. Si nos gusta más duro, para poder cortarlo, lo que hacemos es verter la compota en un paño limpio lo suficientemente grande, se unen las cuatro puntas y se cuelga el atillo así hecho en un sitio donde esté en vilo, con el fín de que escurra el líquido sobrante y antes de que se enfrie del todo se vierte la crema de membrillo en un recipiente. Una vez frío se puede desmoldar pasando un cuchillo alrededor.




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viernes, 18 de octubre de 2013

Quiche de calabaza y queso de cabra

La calabaza es una cucurbitácea que ha tenido mala suerte en cuestión de prensa. Cuando nos han suspendido un examen, se nos ha dicho que nos han dado calabazas; lo mismo ha ocurrido cuando algún chic@ nos ha dicho que no, y por si fuera poco es el símbolo de brujas y difuntos. Yo quiero hacerle un sentido homenaje a esta pobre sufridora, con esta buenísima quiche que ha hecho las delicias de tod@s. Tengo debilidad por los pasteles salados, por eso cuando algo me gusta mucho busco esta forma de cocinarlo que realza su sabor y los presenta de forma primorosa. Después las porciones son al gusto del consumidor que se puede servir de forma individual, convirtiéndolo en un plato muy indicado para reuniones informales de familiares o amigos. Aunque haya calabazas durante todo el año, para mí, es sabor de otoño junto a setas, castañas y membrillos. Defensora, como sabéis, de productos de temporada, me inspiran todo tipo de platos porque además son más gustosos, atractivos y económicos. Y es que soy lo que se llama una persona práctica.



Ingredientes:

-1 pasta brisa
-800 g de calabaza
-200 g de queso de cabra
-3 huevos
-250 ml de leche evaporada
-2 ó 3 guindillas cayenas (opcional)
-200 g de queso emmental
-Aceite y sal


















Preparación:

Pelamos la calabaza y la troceamos no muy grande, en láminas como de medio cm. Las ponemos sobre un papel vegetal en una bandeja de horno, les rociamoss un chorrito de aceite por encima y la asamos a 190 grados hasta que esté tierna, unos 15 minutos. Mientras, preparamos la pasta brisa. Engrasamos con mantequilla un molde de quiche o desmontable, y con cuidado, le ponemos la masa apretándolo bien por el fondo y paredes laterales. Cubrimos el fondo con papel de hornear y echamos una buena cantidad de garbanzos que sirvan de peso para que la pasta no suba al hornearse. Sacamos la calabaza del horno y metemos la pasta a 180 grados, doce minutos. Preparamos el relleno, poniendo en un bol la calabaza, el queso de cabra, los huevos, la leche evaporada, las cayenas picadas en el mortero y sal. Trituramos bien todo. Cuando saquemos la pasta del horno, le quitamos los garbanzos y vertemos en ella éste preparado. Lo volvemos a meter al horno unos 35 minutos. Sacamos, cubrimos con el queso emmental y gratinamos unos minutos, hasta que se derrita por completo y coja un color doradito. Sacamos y dejamos enfriar, incluso en la nevera un buen rato antes de cortarla en porciones u os pasará como a mí, que estará el relleno un poquito blando todavia.


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martes, 15 de octubre de 2013

Boquerones rellenos de piquillos

El pescadito frito y más concretamente el boquerón, pescado azul rico en ácidos grasos omega 3, es una fuente extraordinaria de salud. En Andalucia se consume mucho éste tipo de preparación, principalmente por tradición; también por su valor nutricional. Hoy he unido las dos cosas, enriqueciéndolo con el piquillo y el rebozado. Es una receta que yo ya hacia y que he perfeccionado desde que la viera en un suplemento dominical; que se puede tomar recién hecha o fria y que sirve igual de aperitivo, comida o cena. Es ideal para niños, ya que es muy fácil de comer al no llevar espinas ni escamas. Si pensáis que son todo ventajas, estáis en lo cierto. Nunca algo tan pequeño, ha dado tanto provecho. Y los tenemos muy cerca, en la pescaderia de la esquina o en el hiper. ¿Os animáis a prepararlos?



Ingredientes:

-500 g de boquerones
-1 lata de pimientos del piquillo enteros
-100 g de harina
-1 clara de huevo
-1 botellín escaso de cerveza
-Perejil picado, pimienta blanca
-Aceite y sal

Preparación:

En primer lugar preparamos la masa del rebozado. Mezclamos la harina, sal, pimienta, y perejil picado y añadimos la cerveza poco a poco, hasta conseguir una crema espesa. Dejamos reposar 30 minutos y añadimos la clara a punto de nieve. Mientras la masa reposa preparamos los boquerones. Hay que escamarlos, quitarles la cabeza y la espina conservando la cola, lavarlos, escurrirlos, secarlos con papel de cocina y extenderlos sobre una superficie, sazonarlos con sal. Ponemos sobre la mitad del boquerón abierto en forma de libro, medio pimiento del piquillo y colocar otro boquerón encima como si fuera un sandwich. Agarramos cada sandwich por la cola, o bien, lo ponemos encima de un tenedor y los sumergimos en la masa para, acto seguido, freírlos en aceite caliente. Sacamos y colocamos sobre papel absorvente.



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viernes, 11 de octubre de 2013

Croquetas de setas

Hace unos días el blog de Maricacharros me abrió el apetito por las setas. L@s que me seguís sabéis de mi manía por resaltar momentos felices de la vida cotidiana; pues para mí, uno de  los mejores es perderme por el campo a buscarlas y si el día está lluvioso, me gusta más aún. Es un panorama otoñal único. Pero como no he podido ir a recogerlas, he ido al hiper a comprarlas para quitarme el antojo. En esta ocasión he decidido convertirlas en croquetas porque son exquisitas. Se comen sin sentir. Las recomiendo como aperitivo porque no llegan a la mesa para otra comida. Vamos a aprovechar que en otoño bosques y mercados nos dan la oportunidad de conseguir este rico manjar y a disfrutarlo en su gran variedad en nuestra mesa. Seguro que los que tenemos cerca lo agradecerán.


Ingredientes:

-250 g de minisetas variadas de cultivo
-1 cebolla mediana
-2 cucharadas de harina
-2 cucharadas de queso gruyére
-250 ml de leche (yo le puse omega 3)
-Aceite y sal
-Harina, huevos y pan rallado para rebozar

















Preparación:

Se pican las setas muy menudas y la cebolla también. En un fondo de aceite rehogamos la cebolla y cuando esté transparente incorporamos las setas. Sofreímos unos minutos hasta que estén hechas. Les ponemos la harina y la sal y damos unas vueltas, a continuación echamos el queso y movemos hasta que quede bien integrado. Vertemos la leche poco a poco mientras vamos moviendo. Cuando la masa se vaya despegando de las paredes de la sartén la tendremos lista. La sacamos a un plato amplio y la estiramos para que se enfríe. La metemos incluso un buen rato en la nevera. Cogemos porciones de masa, le damos la forma deseada y pasamos por  harina, huevo batido y  pan rallado. Freímos en abundante aceite caliente hasta que estén doradas. Sacamos y colocamos sobre papel absorvente. Y listas para degustar

                      


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martes, 8 de octubre de 2013

Pastela moruna

Vaya por delante que me estoy iniciando en la cocina marroquí, ya que desde la primera vez que la probé me gustó. Pretendo ir poco a poco, haciendo recetas que me sirvan para aprender. Pues bueno, ésta es mi primera pastela moruna. Aunque la veáis feucha de aspecto (la masa filo se ha resquebrajado toda por encima) de sabor está muy buena, por eso me atrevo a publicarla. Para su elaboración me he basado en una recopilación de preparaciones que me han ayudado a obtener lo que quería conseguir. El resultado no me ha decepcionado, es bastante parecido a lo que había probado y me había atraído de este plato. Ésta es, por lo tanto, mi versionada pastela. Espero que os guste.



Ingredientes:

-1 pechuga de pollo
-1 cebolla
-50 g de piñones
-1 cucharadita de Ras El Hanout
-1 cucharadita de canela
-1/2 cucharadita de comino molido
-50 g de almendra crocanti
-Aceite y sal
-Pasta filo
-Mantequilla
-Azúcar glas y canela














Preparación:

Troceamos la cebolla muy menuda, también el pollo en cuadraditos pequeños. Rehogamos por ese orden en un poco de aceite. Añadimos los piñones y damos unas vueltas. Después incorporamos las especias, la sal y las almendras. Cuando veamos todo cocinado y bien integrado, apartamos del fuego y reservamos. Separamos tres láminas de pasta filo y las pintamos una a una con mantequilla derretida, colocándolas en una fuente de horno encima de un papel vegetal. Volcamos el sofrito en el centro, dejando libres los bordes para poder doblarlos. Colocamos encima otras tres láminas de pasta filo, pintamos de nuevo con la mantequilla y hacemos un par de dobleces por los laterales. Volvemos a pintar con mantequilla si hiciera falta. Introducimos en el horno a 180 grados hasta que coja un color dorado. Sacamos, dejamos enfriar y espolvoreamos, con un colador, azúcar glas y canela.


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viernes, 4 de octubre de 2013

Aperitivo de alcachofas, jamón y huevos.

Otro aperitivo de los que se aprenden a través del boca a boca: una amiga de una amiga lo había hecho y ¡hay que ver lo rico que estaba!. Seguro que al original éste ni se parece, pero como está buenísimo lo he incorporado a mi recetario findesemanero. Si nos fijamos bien, lleva ingredientes como muy tradicionales de pinchos o tapas: las alcachofas, el jamón, los huevos. Aquí todos unidos para formar un bocado suculento que nos invita a tomar alguna bebida. Y aunque ya sabemos que el fin del aperitivo es abrir el apetito, a veces, si nos tomamos más de uno nos quedamos servidos, sin necesidad de nada más. Personalmente me gustan estas costumbres, cada cual que actúe según su opinión. Unas veces lo tomamos en casa y otras fuera, pero lo que es seguro es que siempre lo disfrutamos.



Ingredientes:

-4 corazones de alcachofas de bote
-4 lonchitas de jamón serrano
-4 huevos de codorniz
-2 ó 3 dientes de ajo
-Aceite y sal



Preparación:

Sacamos los corazones de alcachofas del bote, los escurrimos y secamos con un papel de cocina. Les damos un corte por la mitad y abrimos colocándolos así en el plato. Ponemos encima la lonchita de jamón, procurando que tenga más o menos el mismo tamaño. Ahora freímos los huevos en un poquito de aceite, yo los hice a la plancha, para después ponerlos encima del jamón. Troceamos los ajos muy menudos, freímos en tres cucharadas de aceite y con una cuchara rociamos los montaditos que hemos preparado. Le ponemos un palillo si nos apetece y ¡listo!


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martes, 1 de octubre de 2013

Guiso de rape

...Y si hace unos días inauguré el otoño con un guiso de carne, es justo darle el mismo tratamiento al pescado, para que no se enfade. El guisado de rape, por sí solo, ya está bueno pero si además le incorporamos unas almejas y unas gambitas, ganará en sabor y en sustancia y lo enriqueceremos. Una receta sencilla a la vez que rica, nutricionalmente hablando; y tradicionalmente , una comida de siempre a la que le incorporamos un pescado u otro, dependiendo de nuestra economía. Nos dejará sus buenas propiedades alimenticias en cualquier caso. Pocas recetas son tan simples y tan agradecidas.



Ingredientes:

-4 rodajas de rape
-250 g de gambas
-200 g de almejas
-1 pimiento de piel gruesa
-1 cebolla
-1 tomate maduro
-1 cabeza de ajos
-1 hoja de laurel
-4 ó 5 patatas
-Agua, aceite, colorante y sal



Preparación:

 Ponemos las almejas en un bol con agua y sal para que suelten toda la tierra. Lavamos el pimiento y lo ponemos en un asador o en el horno, cuando esté asado lo metemos en una bolsa para que sude y se pueda pelar mejor cuando entibie. Picamos la cebolla menuda y la rehogamos en un fondo de aceite. Rallamos el tomate y lo añadimos a la cebolla para sofreirlo también. Además, incorporamos la cabeza de ajos entera y la hoja de laurel. Hervimos unos veinte minutos. Mientras, pelamos y troceamos las patatas, para añadirlas al guiso junto con el pimiento, que habremos pelado, la sal y el colorante. Cuando hayan pasado unos diez minutos agregamos el rape. Dejamos cocer a fuego bajo. Pelamos las gambas, menos algunas que dejaremos enteras para decorar. Cuando hayan pasado unos veinticinco minutos, que las patatas ya casi estén hechas, se ponen las gambas y las almejas hasta que se hagan. Se apaga el fuego y se deja  reposar unos minutos.


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